El agua, la humedad y el calor constituyen el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de bacterias y hongos que pueden afectar la flora habitual de la piel que recubre el conducto auditivo externo
El agua, la humedad y el calor constituyen el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de bacterias y hongos que pueden afectar la flora habitual de la piel que recubre el conducto auditivo externo