Los acontecimientos de los últimos años como la Pandemia de Covid-19, la Guerra en Ucrania y más recientemente el Terremoto en Turquía y Siria han puesto en evidencia la vulnerabilidad que tienen aquellas personas que padecen enfermedades crónicas, y particularmente los pacientes con enfermedad renal crónica avanzada cuya vida depende de tratamientos que no pueden suspenderse